Esta decisión se basa en un diagnóstico: la brecha de precios entre los productos del programa y el resto de los que se encuentran en las góndolas provoca una mayor demanda de Precios Cuidados, lo que genera desabastecimiento de estos artículos en los supermercados. Así, el Gobierno reforzará una idea de la que ya se venía hablando: permitir mayores subas relativas a cambio de que las empresas garanticen que no falten estos productos.“La prioridad número uno es garantizar el abastecimiento”, comentó un funcionario en diálogo con este diario. Es que, en simultáneo, intentarán obtener el compromiso de las empresas alimenticias y supermercadistas de que los productos no regulados (los que no integran el programa) aumenten a menor velocidad para que se haga efectiva la reducción de la brecha.
La cuestión pasará por ver si la convalidación de mayores incrementos en Precios Cuidados, en un contexto de muy elevada inercia, no termina por contribuir a recalentar la inflación. Para intentar que las compañías no trasladen esas subas al resto de los productos en la misma proporción, la estrategia será el diálogo con las empresas, que vienen demostrando (incluso en declaraciones públicas) su pulsión por remarcar.
Por lo pronto, en el Palacio de Hacienda plantean que el escenario que proyectan es el de un IPC que continuará desacelerándose mes a mes. En mayo, según estimaciones privadas, habría quedado por encima del 5%.
Fuente: Ambito