Este miércoles 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso en conmemoración de la fecha de 2011 en la que en Tailandia se llevó a cabo un concurso que ganó una pareja con el beso más largo del mundo: duró 46 horas, 24 minutos y 9 segundos.
En 2013, la misma pareja estableció un nuevo récord: su beso duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, con lo que venció al alcanzado un año antes por otra que mantuvo el beso durante 50 horas, 25 minutos y un segundo.
Por qué nos gusta tanto besar
Los labios constituyen la parte del cuerpo que más terminaciones nerviosas contiene junto con la yema de los dedos. Esto quiere decir que en su interior se esconden numerosos receptores que tienen la capacidad de percibir, explorar y transmitir información al cerebro, transportando y equilibrando las señales entre las neuronas.
Estos mensajeros químicos reciben el nombre de neurotransmisores, y algo tan simple como un beso hace que muchos se despierten y provoquen diversas sensaciones en el organismo. En los labios se nota con mucha precisión la temperatura corporal de la otra persona, e incluso el estado de su sistema inmunitario.
Durante un beso se activan cuatro neurotransmisores básicos: dopamina, que produce el sentimiento de placer y bienestar; serotonina, que provoca excitación y optimismo; epinefrina, encargada de aumentar la frecuencia cardiaca, el tono muscular y la sudoración; y la oxitocina, que genera apego y confianza.
Qué beso es mejor
Existen muchísimas formas de besar pero, ¿cuál es el tipo de beso que más disfruta la gente en general? En cada beso con lengua de 10 segundos, se pasan más de 80 millones de bacterias entre las dos personas que se besan, y en este importante intercambio de saliva uno puede determinar inconscientemente si le gusta la persona que tiene delante o no.
Según un estudio de la Universidad de Oxford realizado por Rafael Wlodarski y Robin Dunbar, los besos son fundamentales para evaluar si la pareja es la correcta. En los besos apasionados también se liberan otras sustancias, como el óxido nítrico, que relaja los vasos sanguíneos y provoca un aumento del flujo de la sangre del pene, induciendo la erección. Por otra parte, los hombres transmiten testosterona a las mujeres mediante la saliva, que actúa como una especie de afrodisíaco para hacerlas más receptivas sexualmente.
Jesús de la Gándara, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario de Burgos y autor del libro El planeta de los besos, explica que a través de los besos se libera una anfetamina muy potente que estimula el sentimiento de placer llamada feniletilamina. Este es el motivo por el que los adolescentes sin experiencia tienden a besarse de forma más intensa, aunque el especialista defiende que no se trata de la edad, sino de encontrar a la persona adecuada que hará que se despierten este tipo de neurotransmisores.
Al fin y al cabo, los besos son una muestra de amor y afección, por lo que la explicación científica de todos los sentimientos que provocan encaja perfectamente con la realidad. Besar alarga la vida, ya que todas las hormonas segregadas durante un beso contribuyen al bienestar y, por tanto, a estar sano.
Fuente: La Vanguardia